miércoles, 11 de julio de 2007

Endiálogo en Cúcuta, sábado 23 de junio


CÚCUTA, LA ACCIÓN, EL MOVIMIENTO

Aún no logro decantar la experiencia de “Endiálogos” en la Ciudad de Cúcuta. Para una persona del centro como lo llamarían algunos es muy extraño encontrar un material que para muchos es peligroso y al que le tememos, distribuido en muchas de las esquinas de la ciudad, la gasolina se torna cotidiana por su presencia en los ojos y en olfato. La ciudad vive y todo lo dice, se podría leer como un punto de partida y de llegada.

Hacer una presentación de lo que consideré era una base teórica sobre la cual trabajar se convirtió en algún momento en punto de conflicto para los asistentes, sin embargo es este, el espacio que hace al curador reflexionar sobre su presencia allí. El público que acudió a la cita era tan heterogéneo como la producción artística de la región, supongo. La fugaz convivencia con los artistas de la región nos demuestra que hay producción, y que la producción refleja la velocidad de la vida del lugar, hay mucho y el tiempo es corto. Quizá para algunos no es tan importante pues hacer una reflexión teórica sobre su hacer y darle un soporte conceptual a aquello que sale del alma y de las manos.

La visita a los talleres nos dio una panorámica que quizá no exista en la práctica misma de los artistas de la región, esta visita se hizo con todos y por todos, en algunos casos los artistas no conocían la producción de sus compañeros, lo que nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de incorporar estas prácticas que retroalimentarían los procesos y que quizá le otorguen a la región autonomía sobre su propia curaduría. Durante el “Endiálogo”, se evidencia una inquietud de la comunidad sobre su autonomía en el proceso curatorial, sobre la dificultad de teorizar y conceptualizar la propia producción, sobre la pregunta de ¿Qué se puede definir como arte?, lo que me lleva a concluir que se hace urgente crear el espacio necesario para que estas reflexiones se vuelvan la herramienta para encontrar otras posibles rutas, y quizás salir de la asfixia que a veces suscita un Salón Regional, que para la zona aún se conserva las características del concurso dejando quizá de lado su propia lógica de “construcción colectiva, que pone en marcha un campo artístico”.

Me extraña la escasa participación de mujeres en estos procesos, más allá de un gesto de feminismo a ultranza (Como dirían algunos), la reflexión cabe dentro de una comunidad donde conviven géneros, razas, condiciones, y un sinnúmero de aspectos que conforman la humanidad. Allí donde se hace evidente la ausencia casi total de mujeres se pueden reflejar otras ausencias no tan visibles ni cuantificables y nos dejan preguntas como: ¿Qué otras ausencias caben en el arte de la región?, ausencias que no son evidentes pero que sí nos llevarían a la conclusión de que el arte sigue moviéndose sólo en un campo específico.

Cúcuta no lleva a revisar la pregunta del equipo curatorial:¿Cómo la mirada del creador permite reconstruir la imagen de la región desde las siguientes construcciones mentales: fragmentación, límite, lugar y resistencias?, desde diferentes perspectivas y a encontrar respuesta a esta pregunta en cada rincón de su territorio, de esta manera podríamos encontrar:

- Que el fraccionamiento esta dado por la lógica misma con que trabajamos los curadores, el ministerio, los artistas, la comunidad. Y que es el simple resultado de una nación que se configura así en todas sus dinámicas y en el interior mismo de sus habitantes.

- Que el lugar se convierte en un extraño y vivo punto de convergencia, de todo; tres monedas, dos cédulas, dos países, en fin, un ir y venir que hace de este territorio un lugar móvil y ampliado.

- Qué límite se torna el punto de la acción en todas sus dimensiones y que vivir en el límite es la característica que da valor a los días y a la vida, que el límite se torna el lugar de la resistencia y que el límite más que ser un concepto, se torna en una sensación que ubico en la boca del estómago.

- Que resistir es estar vivo en medio de la velocidad y la voracidad.

Por estas razones encontraríamos pertinente traer aquí una frase de David Rousset: “Mas que nunca, aquí, la comunicación es necesaria y difícil, mas que nunca el arte es una obligación”.

ELIZABETH GARAVITO LÓPEZ

Curadora, Salón Regional, Zona Oriente